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viernes, 1 de mayo de 2009

¿CUANTOS JUANES ESCRIBIERON EL EVANGELIO Y LAS CARTAS DE JUAN?



¿CUANTOS JUANES ESCRIBIERON EL EVANGELIO Y LAS CARTAS DE JUAN?


Este escrito, que nos ayuda a entender más, uno de los grandes enigmas de la historia es el saber sobre la autenticidad, de la Palabra De Dios, bien sea el antiguo o el nuevo testamento; estas dataciones, que desde siempre han despertado más de una pasión, nos permiten de un modo u otro tratar de imaginar una realidad lejana llena de verdaderos enigmas que muchas veces aparecen, con más fuerza que otras, afirmando o desconcertando hechos que para muchos es de vital importancia para el mantenimiento de su fe. Es el caso del evangelio de Juan, que a diferencia con los sinópticos, nos muestra una visión sin tapujos ni mayores retoque del Jesús Histórico que todos queremos encontrar, para la confirmación de su existencia y su promesa de salvación para con nosotros. Pero ¿quien es Juan y como hace posible que su evangelio y sus cartas sean tan controversiales, pero exactas?
Los evangelios, sinópticos son perfectos, para quien quiera encontrar a un Jesús 100% humano, pues desde su nacimiento hasta su crucifixión, así se muestra; muy igual a nosotros, muy dolido con las cosas y sentimiento de los hombre, muy hombre.
Pero vemos como en Juan cambia todo y sin importar incluso lo que se pueda decir o hacer ahora; el nos muestra a un Jesús definitivamente Divino, en todo el sentido de la palabra,; además que el contenido de este evangelio es sin duda una narración, tan directa en los hechos como en el sentimiento que el Seño Jesús quería transmitir y actualmente quiere seguirlo haciendo. Tal vez Juan, al igual que en la mayoría de escritos bíblicos, solo quería narrar un hecho que resaltara la importancia de un hombre como Jesús en su vida y en la vida de su comunidad, y por eso no escatimara ni en su evangelio ni en sus cartas en mostrarlo así, no es su prioridad, lo que para el es vital es definitivamente, resaltar a Jesús hijo de Dios, hijo amado de Dios; quien ha sido el único que la ha visto cara a cara y conoce su Plan Salvífico, porque comparte su misma naturaleza. Pero el no pudo haber hecho solo, además que debió desde siempre, para narrar estos hecho, haber contado con ciertos privilegios para seguir tan de cerca la historia del Nazareno. Privilegios que aunque en muchas ocasiones muy especulativos, tiene un tinte de religiosidad judía que desde siempre se destaco en su fidelidad, a la hora de narrar determinados hechos, poniendo en tela de juicio, una y otra vez, todas las posibles teorías de este amplio personaje bíblico.
Es el caso de Rudolf Bultmann, quien describe este evangelio como gnóstico, por su perfección a al hora de narrar los hechos, además, porque argumenta que no pudo ser escrito por el propio Juan Zebedeo, por su antigüedad como escrito, pues este aparece es a mediados del siglo I (D.E.C), haciendo de este, de dudosa procedencia histórica, que en su mucha perfección da pie para que se piense que fue toda una investigación de los hechos ocurridos, cuando Jesús paso por la historia humana en su forma de hombre.
En Juan, encontramos más que esto, para nada su autor que en ningún lado aparece relacionado (solo fue tenido en cuenta que Juan sea el autor de este evangelio desde Ireneo de Lyón 200), que aunque el tipo de lectura parezca demasiado poético, su sentido es el de presentar las palabras de Jesús lo más personales posibles, con respecto a sus vivencias en Jerusalén, de manera que el lector recibiera realmente los contenidos decisivos de este mensaje y encuentre en ellos la figura autentica de Jesús, como el hijo del Bendito, o el profeta esperado del Deuteronomio; él quería a toda costa destacar que la gran promesa del Deut. 34,10 se habría de cumplir en Jesús, era su único afán.
Ahora con respecto a las cartas de Juan,, es importante destacar que fue incluso el último apóstol en morir, y por eso se puede tener pendiente que pudo hacer su escuela joánica, formándola y dirigiéndola por mucho tiempo, hasta la consecución de sus días, dejando sucesores, que en un momento determinado, resaltaron sus escritos y narraciones, sus herederos que pudieron hacer tangibles las experiencias cristianas de Juan el discípulo amado; entre estos herederos podemos tal vez encontrar al predicador, de quien se asume que fue el que recibió de boca de Juan Zebedeo, las vivencias con Jesús.
Es claro que para Ratzinger, es de vital importancia que el evangelio d Juan no pierda para nada su visión divina de Jesús, al fin y al cabo, Él es el hijo de Dios y eso es ya un hecho irrelevante en su defensa por esta creencia. Es por ello que defiende la forma en que pasaron los hechos para Juan y su escuela, siempre defendiendo, la posición divina de su Maestro.
Para terminar, debo decir que me ha parecido muy bueno el texto, en un enfoque diferente de la realidad, mirándolo desde incluso, las leyes y tradiciones judías que tenían en ese tiempo tanta importancia en el proceder de la gente y sus creencias, haciendo que se mantenga cierta fidelidad, con respecto a los hechos y sus consecuencias. Considero que para entender la Palabra de Dios además de tener un discernimiento que viene de lo alto, es también importante entender y conocer mucho el entorno en el que se dieron lo hechos, para poder darle la importancia exacta, desde nuestro mínimo alcance sobre el tiempo.
Joseph Ratzinger (Benedicto XVI), escritor de “Jesús de Nazaret” nos muestra todo un cuestionamiento, acerca del evangelio de Juan y sus cartas, que se encuentran el al N. T., que aunque no lo escribiera, según este autor, solo el apóstol Juan, si incluye sus recuerdos y testimonios junto a Jesús
Ratzinger, tratando de llegar a una confirmación de su teoría, se soporta con otros teólogos tan destacados como son. Rodolfo Bultmann, el siendo exegeta y teólogo luterano alemán,, es muy preocupado por las condiciones de credibilidad del mensaje evangélico, basado en la filosofía de Heidegger, para expresar de forma existencial los testimonios del nuevo testamento (existencialismo). El considera que para poder entender por ejemplo el evangelio de Juan es importante desmitologisarse y convertirse en vital, para entender a este teólogo y para evangelizar correctamente.
El sobre este evangelio expresa abiertamente que es de origen gnóstico no aportando cosas tan creíbles, para poder tener certeza de quien lo escribió.
Contrario a esta tesis, Ratzinger cita a Ireneo de Lyon, quien fuera discípulo del obispo de Esmirna Policarpo, quien fue discípulo del apóstol Juan y que siempre fue en contra de la visión gnóstica. Ireneo ante el obispo Romano Víctor (190) para defender ciertas cosas de los cristianos querían conservar de los judíos como el mismo día de la pascua.
Ireneo, seria el primero en identificar a Juan como el apóstol que acompañaría a Jesús desde su bautizo, hasta la ultima cena, la cruz y la resurrección (JN 1, 19-28) (Jn 13, 1-17, 26) (JN 19, 25-27) (JN 20, 21-23).
Además de esto se asume según (JN 18 15) que este discípulo amado, hiciera parte de familia sacerdotal dando un aclare del porque este discípulo pudo entrar con tanta facilidad a la casa del sumo sacerdote acompañando a Jesús. También esto explica porque, dicho discípulo que se dice que es Juan de fe de lo que vio y escucho en la pasión de Cristo (JN 19-35).
Peo otra duda es notoria en toso esto; fuera del evangelio aparece en las cartas de Juan otro personaje que a Bultmann le hace dudar mas sobre la autenticidad y veracidad el evangelio y es que aparece “Juan el presbítero” a lo cual Eusebio llego a pensar en que el señor, tenia dos discípulos con el mismo nombre, claro que el mismo Eusebio analizando las obras del obispo Papias de Hierapolis, en las cuales el obispo decía que había recibido la doctrina de aquellos que habían sido seguidores y hasta discípulos de Juan en este caso.
Entre estos discípulos el obispo de Papias menciona a un Presbítero Juan, con el que cuenta, tuvo contacto. Este presbítero aparece en la segunda y la tercera carta de Juan (en ambas Jn 1,1), como el presbítero o el anciano, como remitente y autor, sin mencionar el nombre de Juan. Papias argumenta que aunque el presbítero Juan sea otro Juan, dio explicación de las sentencias del Señor, porque fue discípulo y sucesor del Juan apóstol.
Otro aspecto de suma importancia en el evangelio de Juan, es su indicación importante del carácter litúrgico del evangelio, es que toma el ritmo del calendario de fiestas de Israel para resaltar con gran importancia la misión de Jesús.
Empezando esta con la pascua de los judíos (Ex 7,10), de la cual se hace relación con el tema de la cruz y la resurrección (Jn 2,13-25); probablemente la curación de paralítico fue en las fiestas de las semanas (sabu’ot) pentecostés. También se relaciona la repartición de los panes con la pascua (Jn 6,4, Ex 12); el gran sermón sucesivo de Jesús, se pone en el contexto de la fiesta de las tiendas sucot o fiesta de los tabernáculos (Jn 7,38 ss.). Para finalizar encontramos a Jesús durante el invierno en la fiesta de la dedicación de templo el Hanuká o de las luces (Jn 10,22) y Jesús asiste ya a su gran Última Pascua como verdadero cordero (Jn 19,17-27).
Se analiza finalmente que en el evangelio de Juan, que esta toda la dinámica de la historia de la salvación, mostrando un “yo soy”, que nos remite al culto del sacramento eucarístico.
Vemos entonces aquí como Joseph Ratzinger “Benedicto XVI”, nos muestra una visión de Juan diferente a lo que se puede apreciar a simple vista en el evangelio y sus cartas.
Nos da la oportunidad de saber, cómo un teólogo como Bultmann (1), el tan preocupado por mostrar la veracidad de los textos bíblicos, se atreve a decir que para él Juan es muy gnóstico en su evangelio, y por ende, poco creíble que él haya sido quien lo escribió, que pudo ser este evangelio el resultado de toda una investigación hecha por la escuela de Juan, por así decirlo.
También y haciendo algo de contrapeso el la lectura, con respecto a que si fue Juan quien escribió el evangelio, encontramos a Ireneo de Lyón (2), quien defendió en su tiempo tanto la posición de Juan, que por él se reconoce este nombre como autor del evangelio y las cartas. El apoyado en la tesis de Policarpo (de quien fuera discípulo), argumenta que fue Juan el que acompaña a Jesús en su caminar por la tierra desde su bautismo hasta su resurrección (Jn1 ,19-28; 13, 1; 17, 26; 19, 25-27; 20, 21-23).
Encontramos ya otro dato curioso, el que nos ofrece san Eusebio, con respecto a un dato curioso como el de él “presbítero”, que se encuentra en las llamadas cartas de Juan, como remitente. Pareciera como si este discípulo muy amado no quisiera en toda la historia bíblica aparecer de una manera formal o simplemente, se confirma definitivamente que no fue solo un Juan sino varios los que resaltan con gran importancia la misión de Jesús.
En definitiva, se muestra que en el evangelio de Juan, se ve por todo su carácter divino, más plasmado que en los sinópticos la historia salvífica para los hombres. Es mucho más cargado de fechas destacadas (fiestas judías) que terminan resaltando cada vez más el Jesús eucarístico que conocemos hoy.




(1) Ireneo de Lyón: Asia menor (180)- Lyón (202)
(2) Bultmann, Rudolf: Wiefelstede (1884) – Mambúrgo (1976) exegeta y teólogo luterano