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lunes, 20 de abril de 2009

LA IMAGEN DE DIOS SUJETO ENCARNADO


Esta nueva aventura de Flick y Alszeghy, nos lleva a tratar de comprender el vínculo que existe entre alma y cuerpo. Empieza con una delicada introducción al tema y nos llevan a mirar la imagen de Dios resplandeciendo en el hombre por el hecho de ser hombre una persona ¡no en vano somos su creación preferida!, se empieza con una inclinación inmanente que se convierte en trascendente, que es capaz de de construir su propia historia, sin dejar de ser imagen de Dios (1), sintiéndose atraído por Dios para escuchar su llamado.

Partiendo desde la pertenencia del mundo material; por un lado está la superioridad sobre este mundo como resultado de una semejanza con Dios (2) que se encuentra siempre cargada de un alto contenido metafórico; por otro lado están las enseñanzas morales que distinguen en el hombre dos tendencias contrarias que son el cuerpo y el alma, las cuales hacen parte de la realidad humana (3). Así mismo la escritura afirma la presencia de dos aspectos importantes en el hombre en este punto y es el ser corporal (proyecto divino de un ser corpóreo) y el yo encarnado (donde la corporeidad aparece en la promesa de la resurrección), mostrando así a un ser concreto que aún siendo material es imagen de Dios.

Para entender más este proceso entre cuerpo y alma Flick y Alszeghy nos traen algunos apuntes importantes desde una visión patrística, como ve esto el magisterio, como se entiende desde la hermenéutica y por último una visión de la unidad de hombre en la teología contemporánea. Desde la visión patrística este mensaje está lleno de antropología helenista, el cual entiende al espíritu, el alma y el cuerpo desde una especulación patrística del hombre, en la cual el hombre en su espíritu emana desde lo absoluto, mientras que el cuerpo limita al espíritu llevándolo a hacer cosas malas. En los primero siglos se consideraba que la unidad de hombre tiene que ser no solo en el alma sino en toda una unidad concreta psicofísica, rechazando las tendencias monistas dualistas, pues el cuerpo es obra de Dios y es necesario esperar a la muerte para poderse unir espiritualmente en forma gloriosa. Estos padres se ajustan además a la filosofía de Platón en la cual se cita que “el alma es una substancia creada, viviente, intelectual e inmortal unida al cuerpo orgánico animado ya por un alma sensitiva y vegetativa”, en las siguientes profundizaciones al respecto por parte de los padres en el siglo IV, observaron que el hombre es carne animada por un alma racional, pero que sumado a la carne humana da como resultado a Cristo el hombre perfecto, dando a entender que así solo Dios era considerado inmaterial, puesto que incluso los ángeles tenían un cuerpo sutil etéreo.
En la doctrina del Magisterio con Santo Tomás a la cabeza (s XIII), la teología escolástica nos habla de una unidad entre lo espiritual-material; el alma recibe el nombre de alma espiritual e informa la forma de actuar y vivificar a la materia, esta a su vez es considerada en materia prima, la cual recibe del alma la existencia (4), aquí se utiliza el hilemorfismo aristotélico (5) el cual se usa para explicar la estructura


específica del fenómeno humano, el cual es modificado a la luz de la fe en la resurrección. En este punto se hace evidente examinar lo dicho en algunos concilios como el Lateranense VI (6) y V (7) y lo que dice el C. V. II, este último siendo el de actual pensamiento se considera que por la “condición corpórea”, el hombre es una síntesis del universo material. Por su “interioridad” es superior al universo entero, aquí explican entonces que el hombre no debe despreciar su vida corporal , sino que debe tener por bueno honrar a su cuerpo como criatura de Dios que ha de resucitar en el último día, pues este trasciende en virtud de su inteligencia y libertad, este concilio conduce al hombre a afirmar en si mismo la espiritualidad e inmortalidad de su alma. En la hermenéutica es importante entender la posición de la doctrina de la composición del hombre desde concilios como el de Vienne el cual enseña que le alma unida al cuerpo lo hace no solo de forma inmediata, en el concilio Lateranense generalizan que todas las cosas han sido creadas por Dios, y en el C.V. I explica la unidad del alma racional de hombre como lo máximo recibido de Dios, por así decirlo y para terminar es importante tener pendiente la unidad del hombre en la teología contemporánea par hacerla actual y común en nuestro tiempos, esta se encuentra delimitada por la unión de cuerpo-alma (materia-forma (8)), tomando como punto de partida la experiencia inmediata de la acción humana que se describe como el proceso bioquímico y como un proceso psicológico, estos dos aspectos del mismo en el mismo proceso general, haciendo del hombre un ser espiritual aun cuando es consciente de la dualidad de sus aspectos, llegando así a la expresión “el hombre es un sujeto encarnado” y cerrando con que “Dios es un sujeto que manifiesta su imagen de Dios en su corporeidad”.

Es claro entonces que esta parte es la de más importancia en el escrito de Flick y Alszeghy, puesto que sintetiza a lo que querían mostrar desde el principio de este capítulo. Esta explicación de la unión de cuerpo y alma como materia y forma es desempolvar un sistema universal aplicándolo exclusivamente al hombre la creación máxima de Dios, la cual busca que aunque los dualismo del hombre sean muchos su alma- cuerpo no deje de crecer dirigida siempre a la primeria instancia pero también la última, el Dios eterno el cual es encarnado en sujeto desde Cristo Jesús.

Cabe resaltar como siempre que aunque estos escritos sean teológicamente hablando muy completos, no son claros en algunas partes, complicando en algunos casos su mejor entendimiento, es de entender que las lecturas teológicas siempre tendrán un alto contenido de complejidad pero también se pueden buscar mecanismos para un mejor entendimiento del tema como lo es mostrar las fuentes en el mismo documento, si se vana utilizar fórmulas para explicar cualquier fenómeno teológico hacerlo también de forma inmediata para evitar confusiones de sintaxis; por lo demás son como ya se dijo escritos interesantes desde un punto de vista teológico.

1 Gen 1,27

2 Gen 2,7

3 Rom 7,24; Gal 5,17

4 es pura potencia pasiva o capacidad de acto

5 compuesto de materia “hile” prima y forma “morfe” sustancial
6 las cosas materiales también han sido creadas por Dios
7 en este se define la inmortalidad del alma afirmando que los hombres tiene su propia alma numéricamente distinta de la de los demás “es verdaderamente, por si misma y esencialmente forma del cuerpo humano”, en el CV I se repite esta formula.
8concepción hilemórfica de Aristóteles