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domingo, 22 de agosto de 2010

HEBREO Vs GRIEGO



HEBREO Vs GRIEGO
Pablo dice: “los judíos quieren ver señales milagrosas y los griegos buscan la sabiduría” (1 Cor. 1-22); gran contradicción para empezar a entender las Sagradas escrituras, ya que es imposible pensar que en algún momento, esta diferencia de ideas fue tan crucial para una tradición que perduraría hasta el día de hoy. ¿Cómo es que se pasa de un politeísmo a un monoteísmo1, y a un monoteísmo para todas las naciones2, si unos quieren dominar todo conocimiento y otros quieren un “Mesías Súper estrella”?. Las respuestas pueden ser múltiples al momento de hacer un análisis, pero por ahora solo basaré este ensayo en las lenguas de la Biblia: el Hebreo Vs el Griego; desde el principio y por muchos siglos se vieron tan distantes por sus ideologías, hasta que se lograron fusionar, dándole paso a uno de los grandes clásicos de la literatura universal.
Si bien es cierto que la Palabra de Dios se encarna en la palabra humana, es decir, se empieza con el homo loquens, por medio de la palabra y la acción que permite el yo inicial para llegar al tu, encontrando finalmente el mundo que Dios le ha entregado, dándole forma finalmente a las Sagradas Escrituras. Ya como homo agens, el cual, hace actuar la palabra viva que se convierte luego en historia que se encargará de llevar a la memoria de muchos hombres esa experiencia extraordinaria de comunicación entre Dios y su pueblo (Revelación). Es esa necesidad de ser historia primero, para después llegar a ser libro como tal, la que permite hablar actualmente de las Sagradas escrituras.
Esto es buen, pero no es bueno dejar pasar por alto el saber diferenciar los procesos del pensamiento en los que fue escrita la Biblia: el oriental y el occidental, ya que por si solos son muy diferentes, en todo el sentido de su expresión.
Pero ¿De qué estoy hablando cuando trato de diferenciar en algún momento estos dos pensamientos?...esto sí que es complejo de explicar, ya que si para otros idiomas una palabra cualquiera significa algo específico; para la mayoría de los casos cuesta mucho expresar un pensamiento en otro idioma por su diferencia entre los símbolos y las letras; pero en la Biblia todo parece ser diferente. Por un lado se encuentran los hebreos3, y por el otro lado los griegos4, quienes deseaban el punto más alto de sabiduría en el mundo antiguo.

Solo queda el pensar que este encuentro solo fue posible por una razón: “La encarnación de Dios en medio de los hombres”, ya no para que sean unos y otros, sino para que sean una sola nación.
Y es que algo así parece fácil a simple vista, por eso es importante partir de algunas diferencias, para mirar más detenidamente este proceso entre las lenguas de la Biblia: el hebreo y el griego.
El primero siempre se categoriza por ser la lengua antigua oficial, además de ser una lengua sencilla y pobre, pero al mismo tiempo un alengua dinámica y concreta, llena de expresiones típicas e idiomáticas. La lengua griega por otra parte, no solo la encontramos en el N.T., sino también en el libro de los Macabeos5, y el libro de la sabiduría; esta es una lengua si lugar a dudas más refinada y armoniosa6.
Para el hebreo el mundo es algo que hay que dominar (actuar), para el griego es importante conocer el principio de una cosa (definir); para el hebreo el mundo es para escucharlo y comprenderlo; para el griego el mundo es para contemplarlo en su suprema teoría; parafraseando Pablo nos dice entonces por eso que: “Los griegos buscan sabiduría, los judíos piden milagros7”.
Es precisamente en cierta medida a este Pablo8, al que debemos la fusión entre estos dos genios (hebreo-griego), dándole paso a un fenómeno llamado helenización, llevada a cabo principalmente en Alejandría. Ya en el siglo III a.C., se había traducido la Biblia al griego, lo que significa no solo el cambio de lengua, sino también una visión helenista de esta, donde se tendía a despersonalizar de una vez la divinidad. Por otra parte, no hay que olvidar que son los judíos alejandrinos, los primeros en señalar que Pitágoras y Platón son plagiarios de la Biblia.

Toda esta tradición culmina con Filón9 (15 a.C. – 41 a.C), con una visión de la trascendencia y de la incognosibilidad de Dios, y sobre todo con la doctrina de la creación del mundo a través del logos. Para Filón, Dios produce el mundo pero no solamente el sensible, sino también el inteligible; este logos es instrumento y principio de la creación y el puente mediador que salva el abismo entre Dios y el hombre.

Por lo que se refiere al cristianismo de Pablo, había de señalar que formuló una interpretación teológica de la figura de Jesús, que acabó venciendo a la defendida por la comunidad judeo-cristiana primitivo. Esta desaparece totalmente con la destrucción de Jerusalém, y tomar su lugar las comunidades cristianas de Roma, Antioquia y Alejandría; con ello se inicio una evolución doctrinal que culminará en el siglo V, con la victoria de la Iglesia en Roma.

El conflicto de los griegos y lo hebreos, fue tan fuerte que aún siendo atenuado por escritos canónicos, ha dejado en ellos claros y múltiples ecos. Más allá de la cuestión del respeto a la ley las obligaciones judías o las filosóficas platónicas, lo que se debatía era el sentido de la tarea mesiánica. Pablo hace sus afirmaciones, no en el conocimiento histórico de la vida y predicación de Jesús, sino en una personal y directa revelación. El principio de su evangelio se halla implícito en su conversión: “Plugo a Dios revelar a su hijo en mi”.
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1. Por parte de los griegos
2. Por parte de los hebreos
3. Quienes se resisten a las costumbres paganas
4. Totalmente influenciados por Alejandro Magno
5. Que al principio estaba escrito en hebreo, pero del cual solo se conoce actualmente su escritura en griego.
6. En la escritura bíblica se destaca el griego común y popular semita llamado Koiné.
7. 1 Cor. 1,22
8. Pablo de Tarso, originalmente Saulo, también llamado San Pablo Apóstol, el Apóstol de los Gentiles y San Pablo de Tarso (nacimiento entre los años 5 y 10 d. C., Tarso (actual Turquía) - † año 67 en Roma), aunque no perteneció al círculo de apóstoles de Jesucristo. Nació entre el año 5 y el año 10 en Tarso, en la región de Cilicia, en la costa sur del Asia Menor (la actual Turquía). La ciudad de Tarso tenía concedida la ciudadanía romana por nacimiento (Hechos 22:22-29). Por lo que Pablo era ciudadano romano pese a ser hijo de judíos. Hijo de hebreos y descendiente de la tribu de Benjamín, en su adolescencia es enviado a Jerusalén, donde estudia con el famoso rabino Gamaliel (Hch 22, 3). Tuvo una educación mucho mayor que los humildes pescadores que fueron los primeros apóstoles de Cristo. Pablo de Tarso fue un activo perseguidor de los cristianos bajo la influencia de los fariseos. De hecho él fue de los que participó y asintió en la ejecución de San Esteban, el primer mártir (denominado protomártir) de la iglesia de aquel entonces, quien fue víctima de lapidación no como consecuencia de la barbarie de la multitud, sino como cumplimiento de una ejecución judicial, pues Saulo contaba con la venia de Roma. En el año 36, camino a Damasco, tuvo una visión y se convirtió al cristianismo. Según el libro de los Hechos de los Apóstoles y las epístolas paulinas fue gracias a una aparición de Cristo camino de la ciudad de Damasco, luego de la cual pide ser bautizado. Comenzó su actividad de evangelización cristiana en Damasco y Arabia. Es perseguido por los judíos y huye a Jerusalén, donde es visto por Bernabé quien lo lleva con Pedro y con Santiago en el año 36(La Biblia no especifica el nombre de los apóstoles. Ver Hechos 9: 27. Contexto de la cita Hechos 9: 26-28). Huye de Jerusalén, escapando de los judíos de habla griega. Se lo llevan a Cesárea y es enviado a refugiarse en Tarso. Bernabé acude a Tarso y se va con Pablo a Antioquía, donde pasaron un año evangelizando. Antioquía se convierte en el centro de los cristianos convertidos desde el paganismo. Aquí surge por primera vez la denominación de cristianos para los discípulos de Jesús.
9. Filón de Alejandría (griego Φίλων ὁ Ἀλεξανδρεύς; Alejandría, 15/10 a. C. – Alejandría, 45/50), también llamado Filón el Judío, es uno de los filósofos más renombrados del judaísmo helénico1 Se sabe poco sobre la vida de Filón y, en general, la mayoría de los datos biográficos proceden de su propia obra, en especial de su libro autobiográfico Legatio ad Caium (Embajada a Cayo), así como del libro Antigüedades judías, de Flavio Josefo (XVIII. 8, § 1; comp. ib. XIX. 5, § 1; XX. 5, § 2). El único dato de su biografía que puede fecharse con seguridad es su intervención en la embajada que los judíos alejandrinos enviaron al emperador romano Calígula para solicitar su protección contra los ataques de los griegos de la ciudad, y para rogarle que no reclamara ser honrado como un dios por los judíos. Esto tuvo lugar en el año 40. No se conocen las fechas exactas de su nacimiento ni de su muerte. El pensamiento de Filón concilia la filosofía griega y el judaísmo, que intenta armonizar mediante el método alegórico, que toma tanto de la tradición exegética judía como de la filosofía estoica. Su obra no tuvo gran aceptación ni entre los judíos ni entre los griegos. Sin embargo, fue recibida con entusiasmo por los primeros cristianos, que llegaron a tenerle por uno de los suyos. Eusebio de Cesarea llegó a creer que los Therapeutae, un grupo de ermitaños judíos de vida ascética que habitaban en el desierto egipcio que Filón describe en De vita contemplativa, eran en realidad una secta cristiana.